martes, 4 de septiembre de 2012

El peligro de los consejos.

Los seres humanos, al ser animales sociales, siempre nos vemos influenciados de una manera u otra por la gente que nos rodea. Algunas influencias son totalmente explicitas pero también las hay las implícitas. Una de las influencias implícitas más conocidas son los consejos.

Los consejos está el día a día rodeándonos, unos son más grandes, otros son más pequeños, algunos son realmente importantes y otros son cosas superficiales y poco trascendentales.

Los consejos, referentes a cosas importantes, son algo que normalmente es buscado y otorgado por personas de forma indiscriminada, y eso es definitivamente un arma de doble filo. Un consejo puede cambiar radicalmente tu vida (ya seas tú el que lo busca o el que lo da) y el cambio puede ser tanto positivo como negativo.



DAR CONSEJOS

Nunca falta el momento en que aparece una persona en tu vida y te dice “no sé que hacer… ¿tu qué harías?”, “¿qué crees que seria lo mejor?” y diversas interacciones que buscan el denominado consejo. Por naturaleza la mayoría de la gente siempre dará su consejo, pero es bueno pensar dos veces si es mejor darlo o decir “no sé”, “no puedo opinar” o “prefiero no hablar”.

Por un lado está el consejo sin fundamento: ¿Cómo opinar sobre un tema que no se conoce en profundidad?, por otro lado están las consecuencias del “las cosas salieron mal por hacerte caso” y cualquiera de esos dos factores colocan al consejero en problemas que se pudieron haber evitado fácilmente.

RECIBIR CONSEJOS

Si bien todo consejo intenta ser imparcial y está creado buscando el bienestar de la persona que lo necesita, siempre se ve afectado por las vivencias, puntos de vista y hasta intereses de quienes dan los consejos.

Cuando uno pide un consejo, la persona que lo da siempre estará parcializada y de forma indirecta buscará no solo el bienestar del aconsejado si no también su propio bienestar. Nadie, nunca, da un consejo 100% desinteresado. Celos, intentar cambiarte, etc, son los factores que más implican la parcialización de los consejos.


 
EL CONFLICTO

El mejor ejemplo que puedo dar para que se entienda el conflicto que pueden causar los consejos es algo que vivimos todos en algún momento de nuestras vidas: La persona que llega y te dice ¿Qué hago con la persona que me gusta?. En mi caso, dado que estoy rodeado de mujeres, es común que mis amigas me lleguen con esa pregunta y ahí es donde yo quedo entre la camisa y la pared. En ese momento me toca analizar todo lo posible y pensar bien como hacer las cosas.
  1. ¿Qué se sobre mi amiga? Puede que aun sienta algo por el ex y solo se esté engañando, puede que sea solo el tipo de persona que necesita alguien, quien sea en su vida, que conflictos hay detrás de ella y como le afectaría una relación.
  2. ¿Qué se sobre el tipo? Puede ser que el tipo sea un anormal de mierda, o puede que sea “one in a life time oportunity” y el mejor partido que mi amiga pueda obtener. Simplemente, si no lo conozco, mi opinión será un poco hueca. A lo mejor esta persona sea quien realmente puede ayudarle a mi amiga, o a lo mejor le destruya.
  3. ¿Qué busco en mi amiga? Pues si es la “amiga especial”, con más razón mi mente va a decir “DILE QUE NO LO HAGA” porque no me conviene (aún aunque sepas que no tienes oportunidad con esa amiga, no vas a querer que este con nadie e intentaras sabotearle toda posible relación). Y si no es la amiga especial IGUAL, tu quieres que este bien y que este cuidada, y siempre vas a tener la idea de que los hombres la lastimara y encontraras TODOS los defectos de el pretendiente y siempre, por naturaleza intentarás sabotear.
A lo que voy con este texto es lo siguiente, si van a pedir consejo, intenten pedirlo a una persona que les vaya a dar un consejo lo más imparcial posible. Y segundo, si van a dar consejo, solo háganlo cuando realmente entienden las consecuencias y realmente saben de lo que están hablando. Yo soy famoso por ser el Sr. Consejos y les digo que si bien sé que he ayudado a mucha gente, también me ha traído muchísimos conflictos.