Hablar del destino es como decir “no sé, que venga lo que deba
venir, yo me conformo” y personalmente considero que eso está mal. Hay cosas
que son inevitables, que van a suceder, y hay cosas que cada uno hace que
sucedan.
Respecto a las coas inevitables, de todas maneras cualquier
persona puede reducir o aumentar la posibilidad de que dichos acontecimientos. Sé
que cualquier día me puedo chocar de la manera más pendeja, pero sé que el
nivel de responsabilidad que tenga mientras conduzco puede reducir esos percances.
Sé que tarde o temprano he de morir, pero como me cuide modificaran el momento
y la forma en que lo haga.
Por otro lado hay cosas que uno hace que sucedan, si yo
riego gasolina en un sillón y luego le prendo fuego, no puedo decir que era el
destino que el sillón se dañara… yo lo cause…
La razón por la cual escribo este textito es para decirme a mí
mismo, al mundo, y a quien quiera leer, que se den cuenta que la mayor parte
del destino no está escrita en ninguna parte, es lo que uno hace el día a día.
¿Quieren estar con la persona que aman? HAGANLO, ¿Hay algo que no les gusta en
su vida? CAMBIENLO, ¿Tienen problemas en sus casas? SOLUCIONENLOS.
Como decía mi madre: De nada sirve preocuparse, ocúpense.
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